Donostia 2023. No me llame ternera

El 15 de diciembre leo que se estrena en Netflix el documental de Jordi Évole que contiene la entrevista al líder de ETA Josu Urrutikoetxea. Bien. Eso está bien.

Verlo en primicia en una sala de cine es oír butacas que chirrían y comentarios por lo bajo que alejan miedos escénicos. Porque No me llame ternera no va a dejar indiferente. No puede dejar indiferente. Es difícil saber donde puede encajar la entrevista en el trayecto personal pero cuando uno tiene mi edad, y las posiciones bien definidas, me cuesta y mucho afrontar este tipo de conversaciones. Porque al final uno piensa que hay algún modo de justificación o de presentar a un personaje de una manera diferente a la que fue. Porque lo más complicado de las visiones personales es que todos somos seres humanos con nuestra familia, con nuestra pareja que nos quiere, con nuestros amigos. Esta subjetividad se rompe con la objetividad de la violencia, de dar soporte a defender ideas o territorios o la mierda que sea a base de sobornos, chantajes, tiros, amenazas, bombas, disparos y muertes. ETA mató. Y el señor Ternera protegió y defendió esa matanza. El tiempo matiza pero el estuvo ahí. En la crudeza de la ola. Y después guió en la curva del descenso. ¿Con qué parte del personaje nos quedamos? ¿Con qué parte del ser humano nos defendemos? ¿Cómo miramos a la cara a personas a las que hemos quitado hijos, parejas, maridos, mujeres o hemos dejado mutilados? No se puede. Yo no. Pero ellos sí. Esa es la diferencia entre ellos, entre él y yo. Ellos lo justifican por unos ideales de límites. A mi me dan igual, me decanto por los límites que se traspasan y se respetan. Los líderes de ETA no son son los niños bombardeados en guerras sin cuartel que crecen sin estructura y no tienen más camino que la vorágine de la desgracia. ETA fue una banda asesina que funcionaba con inteligencia y que mataba y que causó mucho dolor y pánico pero que supo parar y ver que el camino no iba a ninguna parte. ETA fue Ternera. ETA es el documental de Jordi Évole. El 15 de diciembre.

Deja un comentario